Llegando a casa, relájate con un baño

Llegando a casa
Haz otra cosa aparte de mirar el Netflix o revisar el Facebook. Algo relajante. Apaga tu teléfono móvil, fuera ropa, enciende las velas aromáticas y toma un largo y relajante baño en ducha o bañera, ahora que tienes tiempo, porque en la mañana es ¡imposible!
Un buen baño que dé por finalizada una jornada cargada de actividad, preocupaciones y por qué no, problemas. El agua tiene per se cualidades terapéuticas y de antiguo se conocen los beneficios de salud de las aguas termales. Píndaro dice en una de sus odas olímpicas que la mejor cosa es el agua y después, el oro.
Si tienes bañera, qué suerte la tuya. Puedes sumergirte en agua tibia y utilizar sales aromáticas o aceites esenciales de lavanda, bergamota o melisa. Aprovecha para exfoliar la piel con una esponja de fibras naturales. Se recomienda utilizar gel o jabón de buena calidad, preferentemente hipoalergénico y de pH neutro.
Y como todo lo que empieza debe terminar, al salir seca tu piel cuidadosamente con una de nuestras toallas y aplica una crema hidratante.
De ninguna manera permitas que tus pies pisen el duro y frío piso: utiliza un tapete de baño con antiderrapante, como los nuestros.
Y para finalizar y prolongar la magia, envuélvete en una mullida bata de baño de felpa para no pasar frío y sentirte en un SPA.
Beneficios del baño
El baño es una actividad llena de beneficios que estimula, relaja, genera bienestar, fortalece el sistema sanguíneo, desinflama, combate el insomnio y el estrés, contribuye a la higiene y la salud en definitiva.
El agua caliente produce vasodilatación con lo que tiene un cierto efecto sedante y libera la tensión acumulada durante la jornada. El agua fría produce vasoconstricción que tiene un efecto estimulante y contribuye a eliminar el cansancio físico y psíquico. La combinación idónea para una ducha perfecta es la de utilizar agua caliente primero y, poco a poco, terminar con agua fría.